Resultados de este pasado fin de semana, donde se dio cita el primer triatlón del año en la isla y la carrera de Guía de Isora. Ambos tuvieron que vérselas con el calor y la calima del finde, que no dio tregua durante el domingo.
Buenas a tod@s l@s que nos leen. Aquí les dejo el calendario de eventos de abril y mayo con la información sobre distancias, inscripciones, precios, horarios y más. Próximamente, junio y julio con el inicio en serio de las travesías.
Aquí ya tenemos los triatlones instalados y la primera travesía, la de Costa Adeje, que abre una vez más la temporada. Vayan haciendo huecos...
Citas ineludibles: Transvulcania, Ironman Lanzarote y un largo etcétera. Les dejo con la info:
Dónde: Tejina, La Laguna, 11 h Cuántos km: 5 km carrera, 20 km bici, 2,5km carrera Inscripciones:
- TRANSFERENCIA
bancaria a la cuenta ES5401823282910201528960 y enviando el justificante
por email a aventritejina@hotmail.com (IMPORTANTE poner tu "nombre y
apellidos" tanto en CONCEPTO de transferencia como en ASUNTO de correo)
En el correo además se debe añadir:
+ Nombre y Apellidos + DNI + Fecha de nacimiento + Club + Federado o no (aunque se entenderá por el importe ingresado) + Tejinero o no + Teléfono de contacto + Email
- Inscripciones en GUZMÁN SPORT La Laguna. Precio: federados, 20 euros. No federados, 25 euros. Cierre de inscripciones: Limitadas. Más info: https://www.facebook.com/aventri.tejinatriatlon/?fref=ts
Dónde: Plaza de la Luz, Los Silos, 9:00h
Cuántos km: 18 km
Inscripciones:
Online en https://www.avaibooksports.com/inscripcion/index.php?id=4760
En tienda en:
-INTERSPORT MCC EL TROMPO
-INTERSPORT CC 3 DE MAYO
-INTERSPORT LAS CHAFIRAS
-DEPORTES ERNESTO
30 de abril - Primera prueba Circuito Trail Woman (Ravelo)
Dónde: Ravelo, Las Calderetas Cuántos km: 8 y 14 km Inscripciones: -Deportes Chicho Tacoronte -Guzmán Sport La Laguna -JaviSport Santa Úrsula -Deportes Del Castillo -Lifecanarias.com Precio: 10 euros (8km), 15 euros (14 km) Circuito completo: 30 euros (14 km) 20 euros (circuito de 8-9 km) Cierre de inscripciones: 24 de abril Más info: https://www.facebook.com/deportequiromasrun/?hc_ref=NEWSFEED&fref=nf
MAYO
1 de mayo Demolition Tri
Dónde: Playa del Muelle Viejo, Garachico, 8:00h
Cuántos km: 1,5km natación - 40 km MTB - 10 km trail
Inscripciones:
En tienda: Acosta Cycles en Garachico, Moto Bike Pepín en Icod, Multicentro
Comercial El Trompo Intersport La Orotava, Gofi's Bici en La Orotava,
Bicicletas Gil en La Laguna, C.C. 3 de Mayo Intersport en Santa Cruz y
Probicis en San Isidro.
Precio Ultramaratón: 95 euros, 75 residentes en La Palma Maratón: 75 euros, 55 residentes en La Palma Media maratón: 65 euros, 45 residentes en La Palma
Cierre de inscripciones Ultramaratón: cerradas Maratón: cerradas Media Maratón: 600 plazas
Dónde: Guía de Isora
Cuántos km: 9 y 4,5 km
Inscripciones:
Online en https://nocturnaguiaisora.trackingsport.com/events/modalidades.xhtml?o=WEBEXT
En tienda en:
-GUZMAN SPORT LA LAGUNA
-DEPORTES ELTA GÜIMAR
-OLEAJE SPORT GUARGACHO Y C.C.LA TEJITA
-SUPERLLAVE ADEJE
-CONCEJALÍA DEPORTES GUÍA DE ISORA
-PISCINA GUÍA DE ISORA
-FARMACIA ALCALÁ
Dónde: 7800 m, playa de Ajabo, Adeje, 8:00h 2800 m, playa de la Enramada, Adeje, 8:00h
Cuántos km: 7,8 y 2,8 km
Inscripciones: http://travesiacostaadeje.blogspot.com.es/p/inscripciones.html
Precio: -7,8km Primer plazo 45 euros Segundo plazo 55 euros Tercer plazo 60 euros -2,8km Primer plazo, 4 de febrero a 30 de abril, 20 euros Segundo plazo, 1 al 14 de mayo, 25 euros
Cierre de inscripciones: ?
Más info http://travesiacostaadeje.blogspot.com.es/
Que hace poco más de cuatro años yo renegaba del deporte. Que llegué a pesar 92 kilos y a pensar que me moría subiendo una cuesta. Que la primera vez que me metí en un entrenamiento de los de Juan Carlos estuve con agujetas una semana y con hielo un par de días. Que no encontraba tallas de ropa. Que un día llegué a sentir que mi vida se había acabado en un asiento de la universidad.
Volviendo atrás, ¿qué significó el deporte para mí?
Como ya he dicho, hace cuatro años yo renegaba totalmente del deporte. Lo trataba como periodista, sí, pero sentada detrás de la pantalla de un ordenador en el que escribía crónicas de partidos de fútbol que me resultaban repetitivos. Y detrás de esa pantalla fue donde empecé a engordar, sentada más de diez horas al día. Cuando llegaba de la universidad, después de más de seis horas de clase sentada frente a un teclado, me sentaba en el ordenador de casa y empezaba con los artículos sobre fútbol. Día tras día, fin de semana tras fin de semana. Mis únicas distracciones eran los libros, las revistas y cómo no, algo de chocolate para intentar llenar el estómago que cada vez se hacía más grande.
Fueron años difíciles, muy difíciles. Mi vida social era inexistente. Y cuando digo inexistente es que apenas salía de casa. Me pasé más de tres años sin ir a la playa, sin salir más que para ir a clase. Muy, muy casualmente, quedaba con mis compañeros de la universidad, pero como vivíamos todos en partes distintas de la isla muchas veces se hacía complicado coincidir. Fueron años de soledad, de aventuras que sólo existían en mi cabeza o en los libros, de abandono de mí misma.
Un día, me dio por ir al gimnasio a meterme en una clase de baile, sabiendo que iba a sudar. Pero esa vez no fui capaz de bajarme del coche. Puede que fuera miedo escénico, vergüenza o falta de ganas, pero el caso es que volví a casa llorando.
No fue hasta un año más tarde o así, que un día decidí que era mejor moverse. No quería ir sola, por supuesto. Ir al gimnasio sola, estando gorda, sintiéndome bastante insegura, perdida y asustada, no era algo recomendable para alguien con la autoestima como la tenía yo (si es que la tenía). Así que, un día, me encontré a Virginia y le dije "¿me acompañas al gimnasio?" y sí, me acompañó. Yo ya ni me acordaba de cómo se encendía la cinta de caminar, o de cómo se ajustaban las correas de los pedales de la bici. Ni tampoco cómo se usaba la elíptica. Aquello fue el 18 de abril de 2013.
Las primeras semanas fueron difíciles, porque resultaban repetitivas. Diez minutos caminando en la cinta, diez minutos en la elíptica y quince en la bici. Y así todos los días. O iba variando el orden o los minutos, pero nunca la rutina. Hasta que un día me fijé en unos carteles que había por allí de unas clases que habían empezado hacía poco. Confieso que me aterraba ir a una clase. Confieso que esa, en concreto, me daba pánico. Pero unos chicos que habían ido ya me animaron diciendo "no pasa nada, si no puedes seguir paras, o haces el ejercicio con menor intensidad". Vale, pues un día me decidí a ir. Vuelvo a mencionar que ese día, un 27 de junio de 2013, estaba realmente asustada. Y no lo digo exagerando, o como una metáfora; tenía miedo. Me senté por fuera del aula a esperar y más de una vez pensé en irme. Total, nadie me conocía todavía, podía marcharme sin más. Aun así, esperé. Y por haber decidido ir aquel día a esa clase, por ese simple gesto, por esa decisión que a cualquier persona puede parecerle normal, ordinaria, de rutina casi... Esa decisión a mí me cambió la vida.
Y no estoy exagerando.
Aquella primera clase fue dura. Era un día en el que había partido de la Copa Confederaciones, si no me equivoco, así que no había mucha gente. Mejor, así pocos se darían cuenta de lo novata que era. Sufrí, claro. Hacía años que yo no sabía lo que era sudar de verdad, y ahora lo estaba experimentando de golpe.
Menos mal que fue un jueves. Las agujetas me mantuvieron todo el fin de semana con hielo a cada rato y sin poder sentarme. Pero, y ahora me doy cuenta, qué habría sido de mí sin esas primeras agujetas.
Expliquemos ahora por qué aquella aparentemente banal decisión rompió todos mis esquemas, cambió el rumbo de mi vida (esto es de una canción de Luis Fonsi). A ver cómo lo explico sin pasarme.
El día 27 de junio de 2013 entré en una clase, pero ese día entré también en mi propia vida. Una vida que yo no había imaginado para mí, por supuesto, que me había resignado a vivir los años que me quedaban sentada en un sillón, tapada con una manta viendo la tele. Puede que gracias a Virginia, que me acompañó aquél primer día a encender la cinta de correr, comenzara todo. Puede que el día que me metí en aquella clase, aun con el miedo desmesurado que sentía, fuera el día en que tomé la mejor decisión que he tomado hasta ahora.
No exagero si digo que no fue sólo la clase, sino quién la daba, por supuesto. Confieso que Juan Carlos me imponía. No sé si por ser el coordinador, o por ser el monitor/entrenador, o porque simplemente yo estaba asustada, pero me daba miedo. Incluso cuando me preguntó mi nombre, me sentí una niña más ingenua aún de lo que ya era. Madre mía, que yo hacía años que no hablaba con gente nueva.
Si pienso en aquel momento, sólo saco una conclusión; y es qué hubiera sido de mí si no me hubiera atrevido a ir. Supongo que ahí está reflejado el efecto mariposa, que dice una pequeña acción puede cambiar el mundo. O, al menos, mi mundo. O que debes atreverte a hacer algo que está fuera de tu zona de confort, o que las decisiones que más cuestan son las que cambian nuestra vida. Atreverse, también se dice.
Así que entré en aquella clase. Sin poder saltar al cajón, sin poder levantar la rueda, sin poder saltar bien a la comba ni levantar más de cinco kilos. Vale, era normal, sobre todo después de años de inactividad.
Tardé más de seis meses en poder con la rueda, y más de dos años en saltar el cajón.
Me queda mucho por mejorar, por supuesto. Eso fue sólo el principio. En este momento, y echando la vista atrás, sólo pienso en que me he encontrado por el camino a personas que ahora son imprescindibles. Eso es lo más importante.
Seguí estudiando después de la carrera, y no fue otra cosa que un ciclo de Animación Deportiva. Yo, que siempre había sido la inútil en Educación Física. Y terminé dando clases de natación al lado de esos profesores que me ponían bajas notas en la evaluación de la ESO.
Encontré trabajo. No una, sino varias veces, y encadenadas.
Descubrí que lo mío era el agua, aunque ahora lleve meses sin meterme a la piscina.
He recorrido media isla yendo a competir, y tengo historias para contar de cada una de esas competiciones.
He terminado viajando más de lo esperado, entre el ciclo y el trabajo.
He cambiado mis rutinas, mi organización semanal, mis horarios, sólo porque no puedo dejar de entrenar los días marcados, y lo hago con sumo gusto.
He perdido más de veinticinco kilos, que se dice pronto, y los que me quedan por perder.
Y por último, he vivido. No sólo por la variedad de emociones que sientes antes y después de competir, o al terminar un entrenamiento que ha ido bien, o mal. No por subirme a un podio cuando yo nunca me lo había planteado, ni por haber ido a sitios que no conocía. Sino porque he conocido partes de mí que no sabía que estaban ahí. Porque me he descubierto luchando por un objetivo, que me mantiene a flote cuando el resto va mal. He hecho cosas de las que no me creía capaz, he conocido a personas que me han "salvado" la vida de muchas formas, y me he acercado a otras que ya estaban, pero que ahora están de verdad. He vivido cosas que pensaba que nunca viviría, he pasado ratos que no cambiaría por nada, he experimentado situaciones muy nuevas para mí.
¿Qué hubiera pasado si aquella tarde no hubiera decidido entrar a Total, que así se llamaba y se llama la clase (pero ahora en otro sitio)? Pues que seguramente hubiera ido a la siguiente.
Casi cuatro años después de aquella tarde de junio, lo único que me "duele", por decirlo de alguna manera, es no haberme atrevido a ir antes. Quién sabe, igual las cosas hubieran sido de otra manera. Mejor, o peor, pero de otra manera. De todas formas, sigo diciendo que gracias a la necesidad de cambio que tenía en aquel momento, conseguí algo que no había tenido casi hasta entonces: un poquito de vida. Una vida que en algunos momentos puede parecerme difícil, que tiene días malos y días buenos, situaciones que me hacen replantearte quién soy y hacia dónde voy. Pero me imagino que eso le pasa a todo el mundo. Supongo que todos estamos un poco perdidos en esta vida, pero es bueno a veces mantener una constante. Algo que te haga desconectar por unas horas de la vida real, que te permita vaciar la cabeza y centrarte en el cuerpo, dejar atrás las rutinas diarias y pensar en los minutos que dura la serie, o en cuántas repeticiones llevas, o en el peso que le pondrás a la barra en el siguiente ejercicio. Yo qué sé. Esto me ha salvado a mí durante estos últimos años, y es lo que muchas veces me distrae de mí misma.
¿Querían fechas? Aquí las tienen. Próximamente, la info completa de todas ellas:
Dónde
Cuántos km
Inscripciones
Precio
Cierre de inscripciones
Más info
MARZO
4 de marzo Desafío Octava Isla - triatlón 5 de marzo Desafío Octava Isla - trail 11 de marzo Carrera Nocturna Solidaria La Orotava 12 de marzo Ocean Lava Tri Santa Cruz 12 de marzo Carrera de Montaña Guía de Isora 12 de marzo Cross Popular de San José 19 de marzo Trail Fuentealta Vilaflor 25 de marzo 8km Garachico 26 de marzo Media de Acentejo 26 de marzo Carrera por la Mujer y Marcha Solidaria El Sauzal
ABRIL
2 de abril Media Maratón Las Galletas 2 de abril Carrera de la Mujer Los Realejos 9 de abril Duatlón Internacional Villa de Los Realejos 15 de abril Trail Las Maretas 23 de abril Pinolere Trail 29 de abril Circular Los Catalanes Trail 30 de abril Bicácaro Trail 30 de abril Media Maratón Ciudad de La Laguna
MAYO
1 de mayo Demolition Tri 11 de mayo Transvulcania Kilómetro Vertical 13 de mayo Transvulcania Isla de La Palma 20 de mayo 9km Nocturna Guía de Isora 20 de mayo IRONMAN Lanzarote 20 de mayo Binter Night Run 20 de mayo Travesía a nado Costa Adeje 21 de mayo Cross María Auxiliadora 28 de mayo Triatlón de El Médano 28 de mayo Vuelta Trail a La Laguna 20 mayo Medio Maratón de Montaña La Guancha
JUNIO
3 de junio Espíritu TriAbona 4 de junio Carrera de montaña El Sauzal 4 de junio Acuatlón Popular La Ranilla 10 de junio Tenerife Bluetrail 17 de junio Acuatlón la Caleta de Interián
JULIO 2 de julio Circular Las Carboneras Trail 2 de julio Conquista La Victoria 2 de julio Travesía a nado San Telmo 8 de julio Travesía a nado Playa La Arena-Puerto Santiago 15 de julio Infinity Xtreme 15 de julio 8km La Orotava
22 de julio Subida Vertical El Sauzal Nocturna 23 de julio Circular Taganana Trail 29 de julio Travesía a nado Bajamar-La Punta 29 de julio Carrera Popular Nuestra Señora de La Esperanza
AGOSTO
5 de agosto Acuatlón Playa San Juan 10 de agosto Medio KM Vertical Ultra del Nordeste 12 de agosto Travesía a nado Alcalá 12 de agosto Ultra del Nordeste 27 de agosto Carrera Popular San Blas Los Abrigos
SEPTIEMBRE
2 de septiembre Travesía a nado El Roque Garachico 3 de septiembre Triatlón Guía de Isora 9 de septiembre Full Moon Trail La Palma 9 de septiembre Gomera Paradise Trail 10 de septiembre Travesía a nado Los Silos 16 de septiembre Hollera Run Night 16 de septiembre Travesía a nado Puertito de Güímar 17 de septiembre Duatlón Costa de Los Silos 22 de septiembre Faro a Faro Tenerife 23 de septiembre Trail La Sabinita 30 de septiembre Travesía a nado Mar de Las Calmas 30 de septiembre Travesía a nado El Río 30 de septiembre Lagothlón
OCTUBRE
7 de octubre Medio KM Vertical Garachico 14 de octubre Media Maratón Nocturna Puerto de la Cruz 14 de octubre Travesía a nado Isla de La Palma 14 de octubre Travesía a nado PD La Galera 21 de octubre Santa Cruz Xtreme
NOVIEMBRE
5 de noviembre Castáñate Las Patas 12 de noviembre Maratón Internacional Santa Cruz de Tenerife
Dicen que cada paso que damos en esta vida nos enseña algo.
Que cada caída es un recuerdo de que nos podemos volver a levantar.
Que cada montaña que tenemos delante es sólo un reto que superar.
Que una vez conquistada la cima, hay que buscar una más alta.
¿Pero qué pasa cuando lo difícil no es subir, sino bajar? Amigo. Ahí reside mi problema.
Que no sé bajar, que me da miedo caerme de culo o romperme la cabeza contra una piedra, que tengo que mirar perfectamente dónde piso no vaya a ser que se me vaya el pie y termine embarrada. Lo de caerme por el borde del sendero y terminar enredada en ramas y hojas tampoco es que me haga especial ilusión. Pero vamos, que el problema de todo esto no está en los músculos de las piernas, en los tacos de los tenis o en la velocidad de bajada. Está en la cabeza.
Hablamos de metáforas, ¿no? Pues hablemos también de miedos psicológicos que sirven de freno mucho más que ese miedo a los resbalones.
Por experiencia, sólo me lo he pasado bien corriendo en montaña cuando he ido sendero abajo sin saber ni dónde pisaba, viendo pasar únicamente un borrón de árboles. Y pensarán, "¿entonces, dónde está el problema?". Pues, que para poder llegar a ese punto de inconsciencia de lo que te rodea y de adrenalina sin freno, necesito un trabajo de psicología no sólo profundo, sino también continuo.
Pongamos esta bajada emborronada como una metáfora de la vida: sólo consigues disfrutarla cuando te dejas llevar, sin preocuparte más que de aprovechar cada segundo del camino. Cuando bajas a todo gas por un sendero embarrado y resbaladizo, lo mejor es no pensárselo mucho; sólo bajar mirando apenas dónde cae el pie, o sin mirar. Al fin y al cabo, si vas pensándote cada paso no sólo irás más lento, sino con más riesgo de resbalar al tener el pie quieto mucho más tiempo. Si sólo "posas" la suela sobre el camino, besándolo casi, sin dar tiempo a que se resbale, terminarás bajando mejor (aunque te lleves alguna que otra caída de culo).
Pero pensemos en algo: ¿qué pasa si te caes? Aparte de que te embarres un poco y te duela en el momento, claro. ¿Que se rompa la ropa? Bah, en las tiendas hay más. ¿Que te arañes con alguna rama? Eso se cura con Betadine, o con lo que sea que se cure un arañazo. ¿Que te rompas algo? Bueno, el problema en este caso es que estés solo o lejos de la ayuda, o que no puedas seguir por ti mismo. Aparte de las consecuencias del reposo y la vuelta a empezar. Al fin y al cabo, tarde o temprano, sanará.
En resumen, ¿qué pasa si te caes? Que te levantas.
¿No es peor, acaso, el miedo? El miedo a resbalar, el miedo a caer, el miedo a no ver por dónde vamos. A ver, de una cosa puedo estar segura: ir con miedo es mucho peor que darse en el culo. Y mucho más lento, también, porque así sólo consigues frenarte.
Sinceramente, soy la primera que lo dice y la última que lo cumple. ¿Tienes miedo? Pues hazlo de todas formas. Pero no lo hago. ¿Por qué? Pues vete tú a saber. Inseguridad, probablemente. Pero no por cuestión de músculos, de calzado o de preparación. Por cuestión de psicología. De miedos que están más allá del no tener técnica, o de saberla pero no aplicarla.
¿Quieres hacer algo? Ve a por ello. ¿Quieres conseguir algo? Ve a por ello. Trabájatelo. La distancia entre querer y poder se acorta con entrenamiento. Y con entrenamiento, me refiero no sólo a hacer series de 2000 metros midiendo el tiempo y los minutos por kilómetro. Con entrenamiento me refiero también a intentar dejar la mente en blanco cuando haces algo que quieres hacer, a pesar de que no sea lo tuyo, a pesar de que te cueste, a pesar de que no estés seguro de que vaya a salir bien.
La parte más importante de muchos entrenamientos, al menos en mi caso, está en la cabeza. Ya no sólo en el hecho de creer que puedes, y poder. Sino en hacerlo sin más sin pensarlo demasiado. Qué daría yo por ser a veces una inconsciente y llegar a casa llena de morados y arañazos en vez de miedos y remordimientos por no haber aprovechado el entrenamiento. Más vale a veces arañarse la piel que el corazón, como dicen. Pero yo qué sé, ojalá pudiera bajar sin mirar, quitarme esa barrera invisible que es el miedo y que se rompe cuando, simplemente, lo haces. Da igual el qué.
Después de mucho me he dado cuenta de que la única forma de romper la barrera es esa: hacer lo que te da miedo. Ya sea en el deporte o en la vida; ya sea tirarte en paracaídas o saltar un cajón de 50 centímetros. Ya sea pedir un café en un bar que no has pisado nunca o irte de viaje a un país en el que no hablan tu idioma. Hazlo, joder, hazlo. Es la única forma de romper ese miedo que te frena.