lunes, 12 de junio de 2017

Carta para ti, que has abandonado

Sí, los pro también abandonan

Querid@ deportista:

Has abandonado. Has tenido que hacerlo. Las piernas no te respondían, la cabeza fallaba y el corazón ya estaba cansado de tanto decirse a sí mismo que podía seguir. Has abandonado. Te has decepcionado a ti mismo. Has decepcionado a los que te esperaban en meta. Te duelen los pies, los muslos parece que han dejado de funcionar y la cabeza te da mil vueltas. Estás cabread@ contigo mism@, porque te prometiste intentarlo y no has conseguido llegar. Querías llegar. Querías acabar y decir "lo he hecho". Pero se ha quedado en un "lo he intentado". No quieres volver a tomar una salida en mucho tiempo, no quieres saber de entrenos en montaña o de madrugones para correr. Ni de coña. Una y no más. 

Pero no. Te estás equivocando. 

Todos hemos pasado alguna vez por esos momentos de flaqueza en medio de una carrera, de una travesía, de una competición cualquiera. Siempre llega ese instante en el que te planteas qué haces ahí, por qué lo haces, nadie te está obligando. O ese minuto en el que empieza a dolerte una pierna, las rodillas, el calambre que no termina de pasar. Piensas "no puedo", y esa es la frase que lo estropea todo. Algo te dice "déjalo, no vale la pena, no fuerces". Y a veces, tiene razón.

¿Qué pasa si abandonas? NADA. Entendamos de una vez que abandonar cuando el cuerpo dice basta, no es motivo de decepción. Es, simplemente, que hemos llegado a un límite que no podemos sobrepasar, al menos en esta ocasión.

Yo he abandonado alguna vez. Por agobio, por ser la primera vez, por no haber entrenado bien. Abandoné, y lo recuperé con creces en la siguiente. ¿Pasó algo? Pues no. En ese momento, sólo piensas en que te has decepcionado a ti mismo, en un "¿qué he hecho mal?", en lo que pensarán tus compañeros, tus amigos, tu entrenador... Duele, claro que duele. Duele más el orgullo que el propio cuerpo, a veces. Porque parece que no hemos tenido la suficiente voluntad para seguir adelante. Pero lo que hay que mirar es que a veces, no se trata de voluntad; se trata de salud. Cuando tu cuerpo no puede más, no puede, por mucho que tu cabeza siga insistiendo.

Hace un par de días, fuimos a ver la Tenerife BlueTrail. Estando en el mirador de La Corona, mientras pasaba gente de la Maratón (44 km), la Trail (66 km) y la Ultra (97 km), una chica que bajaba en ese momento tuvo que parar. Los bomberos que estaban le propusieron bajarla, atenderla, que dejara la carrera y se retirase. Su respuesta fue: "Ni muerta".

Seamos realistas: ¿no abandonamos por orgullo? ¿Dejamos que nuestro cuerpo se reviente, casi literalmente, sólo por no dejar que nos coman luego los remordimientos?

Pues sí, a veces sí. A veces somos brutos y brutas hasta el punto de arrastrarnos únicamente por no decir "tuve que abandonar". Pero abandonar no está mal. No es signo de debilidad. No es signo de flojera. Es, solamente, que ese día, algo no cuajó. Y volveremos a intentarlo a la próxima, y lo volveremos a intentar una y otra y otra hasta que abandonar sea sólo una anécdota, un recuerdo.

No está mal abandonar. Es únicamente un paso más en el camino.

miércoles, 7 de junio de 2017

¡¡Que nos vamos a la Blue!!


La tregua ha acabado. Es hora de volver a sentir ese miedo de la cuenta atrás, esos nervios mientras preparas el camel back intentando calcular cuándo se te acabará el agua, esos miles de pensamientos negativos que acuden a tu mente mientras te pones los tenis de montaña y piensas seriamente si deberías tomar la salida. Pero llevas meses entrenando para esto. Llevas fines y fines de semana levantándote temprano para salir a hacer veinte o treinta kilómetros y poder darle rodaje a las piernas. Pero nunca el trazado completo, que eso se deja para el día grande. Esos "quién me mandaría a mí", "después de esto dejo la montaña", "si llego a meta me voy a tragar la cerveza más fría que haya"... y un largo y variado etcétera que todos hemos tenido en mente cada vez que vamos viendo pasar kilómetros en nuestros cuádriceps. Y al final todo se reduce con un "nos vemos en meta" que esperamos siempre que se cumpla, y que decimos más por superstición que por creerlo de verdad. Pero sí. Se cumple a pesar de llegar jodidos, del bajón en el kilómetro 12, del calambre en el 25 y de las dudas cuando todavía te quedan 10 kilómetros por delante. Kilómetro a kilómetro, pasito a pasito, sabes que vas a entrar por el arco de meta y te van a sacar la foto que no es una cualquiera, sino LA FOTO, la que resume distancias, sudores, lágrimas, esfuerzos, miedos, dudas... y alegrías, sobre todo alegrías. Porque has llegado, porque ha valido la pena, porque está hecho y ya se ha acabado. Y luego, a por la siguiente, que en el fondo sabes que no termina aquí.

Al lío. Esto está hecho.

Y si no, que se lo digan a mis compis, amigos y familia de Ozone. No sólo se van a atrever con distancias nuevas (que pueden pasar por retos... o temeridad), sino que además quieren (y van a) vencer más al orgullo que a sí mismos y más a la cabeza que al cuerpo.


Y encima, para tener un completo de equipo, nos vamos a la ExpoDeporte. Sí, allí estaremos en el stand P7 (apúntalo bien) con todos los matules, como quien dice, para que puedan informarse y conocer qué es Ozone.

Este jueves 8 y viernes 9 de junio podrán pasarse por el pasillo central de la Expo del Recinto Ferial y también asistir a la actividad programada para el jueves. A las 16:30 h tendrá lugar una exhibición/sesión de media hora de entrenamiento específico de carrera. Si quieren ver qué es lo que solemos hacer nosotros en nuestros entrenamientos, cómo los sufrimos en directo también y qué es Ozone... Pues por ahí podrán encontrarnos.

Recuerden que la entrada a la feria del corredor es gratuita y que tiene un horario de 10 a 21 hs. Existen un programa de actividades deportivas y otro de charlas, a las que podrán acudir (aparte de a la de Ozone, por supuesto).

Empieza la cuenta atrás para la Blue... Que promete ser todo lo que nos vienen mostrando.